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3 ENERO 2018
• El gobierno debe entender que 2018 trae la última oportunidad que tiene para aceptar la decisión del pueblo de Venezuela sobre un cambio político profundo en el país.
• Por muchos años se dedicaron a obstruir salidas constitucionales y pacificas a la crisis devastadora que la criminal e inepta administración chavista ha impuesto por casi dos décadas. Si en la oportunidad definitoria que representa esta elección presidencial repiten su cínica y abusiva política de trampear los comicios, a la población no le queda otro camino que la guerra, aunque suene terrible.
• Con conciencia histórica y sentido legítimo de supervivencia, los venezolanos no podemos permitir que una camarilla de delincuentes selle ahora por tiempo indefinido nuestras posibilidades de vida civilizada. La sumisión y la desesperanza no son opciones. La rebelión liberadora si lo es.
• Si la opción electoral nos la desvirtúan, tenemos que pelear y como dijo Churchill, habrá que pelear en los campos, pelear en las ciudades, pelear en las vías y en la plazas, pelear doquier y pelear para vencer. Con o sin aliados tenemos que armarnos y pelear.
• Guardando las distancias, lo que enfrentaron los aliados en la Segunda Guerra Mundial fue un dilema análogo. Gran Bretaña o bien intentaba una negociación con los nazis o los enfrentaba militarmente. Chamberlain y Halifax defendieron hasta el último momento la opción de negociación y Churchill la confrontación. Ya sabemos cómo se desarrolló la historia. Todavia después de casi 80 años, disfrutamos de los beneficios de la decisión.
• Ambas posiciones buscaban un mismo objetivo: no tener que entregar el país a Hitler como lo tuvieron que hacer Checoslovaquia, Polonia, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Francia y Noruega hasta ese momento. Sin embargo, la opción de negociar no habría podido evitar la cesión, aunque fuese parcial de la soberanía de Gran Bretaña ni eliminar los riesgos de ser traicionados posteriormente por Hitler. La opción de pelear, en cambio, ofrecía la violencia, pero precisamente acercaba la soberanía y la libertad plena del pueblo británico y esa fue la opción victoriosa.
• No estamos ante una competencia por el poder político como legítimamente ocurre en países democráticos. Ni siquiera estamos ante un enfrentamiento de sistemas sociales, comunismo vs capitalismo, república versus monarquía o igualdad versus división por castas. Estamos enfrentando a un régimen criminal, despiadado, fraudulento, falso y sin escrúpulos que ha estado matando y atormentando a nuestro pueblo y que ni quiere ni puede ceder el poder por las buenas. Hausmann lo describe muy bien. Lo que enfrentamos es la muerte de millones de personas y el sufrimiento de las mayorías con terribles efectos dramáticos sobre nuestras generaciones jóvenes y nuestro futuro. No es moralmente aceptable sentarnos a proclamar valores de la democracia, la paz y el dialogo cuando hay un monstruo que se está devorando a nuestro pueblo.
• El régimen chavista debe ser claramente advertido que la resistencia armada no está descartada. La oposición venezolana ha querido siempre ser conocida como constitucional, pacífica, electoralista y popular. En esa dirección creo que ya ha cruzado el límite para que muchos la califiquen de apagada e incompetente. Ha alcanzado muchos logros, pero ha dormitado sobre ellos. Desde el punto de vista del liderazgo la oposición ha resultado aún más corta. Los mejores líderes que hemos visto están tomados por las luchas internas, o están agotados o sus mensajes están marchitos.
• Los cuatro meses de luchas callejeras que vivimos en 2017 demostraron sin lugar a dudas que el coraje y las ganas de pelear de mucha gente no faltan, sino que abundan. Solo faltan el liderazgo, las armas y algo de entrenamiento. Si los narcotraficantes lo logran, nosotros lo podemos lograr mejor.
• Me pregunto qué es lo que asusta a quienes todavía ven la opción armada como inaceptable. Si fuese el número de muertos, un enfrentamiento militar no causaría más muertes que el hambre y las enfermedades que están destruyendo al país. Si fuesen las pérdidas materiales por destrucción bélica, le invito a ver a Beirut reconstruida y además, si continuamos con administración chavista, en la próxima década tendremos simplemente ruinas.
• Lo que plantea Hausmann es una intervención militar internacional invitada por un gobierno designado por la Asamblea Nacional. Lo que yo planteo es la formación de una fuerza militar rebelde que puede tener o no, apoyo internacional pero que pelee por nuestra causa, que crezca con el apoyo popular y de alguna parte de la Fuerza Armada y que conduzca a la victoria sobre los perpetradores de nuestra tragedia.
• La intervención propuesta por Hausmann es internacional para que no sea golpe de estado. Es multinacional para que no sea imperialista y es solicitada por la Asamblea Nacional para que sea legal y no requiera aprobación del Consejo de Seguridad. Creo que además necesita tener un núcleo armado nacional que sirva de referencia y control de los intereses propios venezolanos.
• La intervención internacional cuenta además con otra base legal que es el principio adoptado por las Naciones Unidas de la Responsabilidad de Proteger la población civil de cualquier país. Las naciones miembros de la ONU tienen, en virtud de ese principio, la responsabilidad de intervenir cuando el régimen no pueda o no quiera proteger su propia población.
• El gobierno debe entender que 2018 trae la última oportunidad que tiene para aceptar la decisión del pueblo de Venezuela sobre un cambio político profundo en el país.
• Por muchos años se dedicaron a obstruir salidas constitucionales y pacificas a la crisis devastadora que la criminal e inepta administración chavista ha impuesto por casi dos décadas. Si en la oportunidad definitoria que representa esta elección presidencial repiten su cínica y abusiva política de trampear los comicios, a la población no le queda otro camino que la guerra, aunque suene terrible.
• Con conciencia histórica y sentido legítimo de supervivencia, los venezolanos no podemos permitir que una camarilla de delincuentes selle ahora por tiempo indefinido nuestras posibilidades de vida civilizada. La sumisión y la desesperanza no son opciones. La rebelión liberadora si lo es.
• Si la opción electoral nos la desvirtúan, tenemos que pelear y como dijo Churchill, habrá que pelear en los campos, pelear en las ciudades, pelear en las vías y en la plazas, pelear doquier y pelear para vencer. Con o sin aliados tenemos que armarnos y pelear.
• Guardando las distancias, lo que enfrentaron los aliados en la Segunda Guerra Mundial fue un dilema análogo. Gran Bretaña o bien intentaba una negociación con los nazis o los enfrentaba militarmente. Chamberlain y Halifax defendieron hasta el último momento la opción de negociación y Churchill la confrontación. Ya sabemos cómo se desarrolló la historia. Todavia después de casi 80 años, disfrutamos de los beneficios de la decisión.
• Ambas posiciones buscaban un mismo objetivo: no tener que entregar el país a Hitler como lo tuvieron que hacer Checoslovaquia, Polonia, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Francia y Noruega hasta ese momento. Sin embargo, la opción de negociar no habría podido evitar la cesión, aunque fuese parcial de la soberanía de Gran Bretaña ni eliminar los riesgos de ser traicionados posteriormente por Hitler. La opción de pelear, en cambio, ofrecía la violencia, pero precisamente acercaba la soberanía y la libertad plena del pueblo británico y esa fue la opción victoriosa.
• No estamos ante una competencia por el poder político como legítimamente ocurre en países democráticos. Ni siquiera estamos ante un enfrentamiento de sistemas sociales, comunismo vs capitalismo, república versus monarquía o igualdad versus división por castas. Estamos enfrentando a un régimen criminal, despiadado, fraudulento, falso y sin escrúpulos que ha estado matando y atormentando a nuestro pueblo y que ni quiere ni puede ceder el poder por las buenas. Hausmann lo describe muy bien. Lo que enfrentamos es la muerte de millones de personas y el sufrimiento de las mayorías con terribles efectos dramáticos sobre nuestras generaciones jóvenes y nuestro futuro. No es moralmente aceptable sentarnos a proclamar valores de la democracia, la paz y el dialogo cuando hay un monstruo que se está devorando a nuestro pueblo.
• El régimen chavista debe ser claramente advertido que la resistencia armada no está descartada. La oposición venezolana ha querido siempre ser conocida como constitucional, pacífica, electoralista y popular. En esa dirección creo que ya ha cruzado el límite para que muchos la califiquen de apagada e incompetente. Ha alcanzado muchos logros, pero ha dormitado sobre ellos. Desde el punto de vista del liderazgo la oposición ha resultado aún más corta. Los mejores líderes que hemos visto están tomados por las luchas internas, o están agotados o sus mensajes están marchitos.
• Los cuatro meses de luchas callejeras que vivimos en 2017 demostraron sin lugar a dudas que el coraje y las ganas de pelear de mucha gente no faltan, sino que abundan. Solo faltan el liderazgo, las armas y algo de entrenamiento. Si los narcotraficantes lo logran, nosotros lo podemos lograr mejor.
• Me pregunto qué es lo que asusta a quienes todavía ven la opción armada como inaceptable. Si fuese el número de muertos, un enfrentamiento militar no causaría más muertes que el hambre y las enfermedades que están destruyendo al país. Si fuesen las pérdidas materiales por destrucción bélica, le invito a ver a Beirut reconstruida y además, si continuamos con administración chavista, en la próxima década tendremos simplemente ruinas.
• Lo que plantea Hausmann es una intervención militar internacional invitada por un gobierno designado por la Asamblea Nacional. Lo que yo planteo es la formación de una fuerza militar rebelde que puede tener o no, apoyo internacional pero que pelee por nuestra causa, que crezca con el apoyo popular y de alguna parte de la Fuerza Armada y que conduzca a la victoria sobre los perpetradores de nuestra tragedia.
• La intervención propuesta por Hausmann es internacional para que no sea golpe de estado. Es multinacional para que no sea imperialista y es solicitada por la Asamblea Nacional para que sea legal y no requiera aprobación del Consejo de Seguridad. Creo que además necesita tener un núcleo armado nacional que sirva de referencia y control de los intereses propios venezolanos.
• La intervención internacional cuenta además con otra base legal que es el principio adoptado por las Naciones Unidas de la Responsabilidad de Proteger la población civil de cualquier país. Las naciones miembros de la ONU tienen, en virtud de ese principio, la responsabilidad de intervenir cuando el régimen no pueda o no quiera proteger su propia población.