7/12/2016

REFLEXIONES SOBRE EL DIALOGO Y LA NEGOCIACIÓN EN VENEZUELA

Supongamos que nos han convencido de que la única salida es negociar un acuerdo político en Venezuela y examinemos con algo más de detalles la viabilidad de un eventual diálogo de negociación Lo primero que tenemos que ver es quienes vale la pena que negocien de manera que los acuerdos que ellos alcancen conduzcan  efectivamente a detener el derrumbe económico y social del país que viene ocurriendo. La respuesta trivial es decir que las partes negociadoras deberían ser el gobierno y la oposición.  Es lo que se le oye a los lideres internacionales que opinan sobre el asunto. Sin embargo, esa respuesta es inexacta, ingenua e inconstitucional. Inexacta porque supone que esos son los actores políticos en pugna e implica la creencia de que ellos son las únicas fuerzas que estan activas en el acontecer político en Venezuela; ingenua porque proviene de creer que lo que está causando la desastrosa crisis es un desacuerdo entre quienes detentan el poder y quienes se lo disputan y finalmente, inconstitucional  porque el gobierno (formalmente El Poder Publico) se supone que actua en nombre y a favor de todos los ciudadanos y no de una parcialidad, por lo tanto no puede negociar representando a una de las partes en conflicto.
Quienes estan en pugna en Venezuela aparentemente son, por una parte,  la oposición democratica que ha demostrado que representa la gran mayoria de los ciudadanos con su entidad formal de la MUD y por la otra, “el chavismo” formalmente representado por el PSUV. Hay que notar que ambas entidades tienen en su seno subdivisiones con posiciones heterogeneas que generan sendas negociaciones internas. Sin embargo, lo importante es que hay otras fuerzas que ejercen poder muy determinante y que quieren aparentar que no son “beligerantes” y simulan que no estan ejerciendo ningún poder. Esas fuerzas son los militares venezolanos y el régimen castrista de Cuba. En realidad son los militares quienes estan en el poder en Venezuela. Los demas, es decir el PSUV, los colectivos y los chavistas en general son sus acompañantes “enchufados” aprovechadores del poder. Por su parte, quienes sustentan y manejan a los militares son los cubanos. En consecuencia, un dialogo de negociación política en Venezuela carece de sentido si estas dos fuerzas, militares y cubanos, no son reconocidas e incluidas y participan explicita y autonomamente, con sus propios intereses y exigencias.
En cuanto a qué es lo que se va a negociar la cosa es mas compleja. Si la negociación no va a llegar a un cambio de régimen, no tiene sentido. Asi que el mero hecho de dialogar para negociar implica el reconocimiento que se necesita un nuevo régimen debido al total y evidente fracaso del Socialismo del Siglo XXI y de que lo que se va a discutir y acordar son las condiciones para una transición. Ya eso es un enorme obstaculo para que el régimen acepte la agenda de temas a negociar, pero seamos optimistas en nuestro análisis. Suponiendo que los militares y los chavistas reconocen que les llego la hora, lo que probablemente exigirán en primerisimo lugar es que el cambio ni los destruya totalmente como fuerza política ni los conduzca a ser personalmente perseguidos políticos por el resto de su vida. En otras palabras exigirán amnistía para los suyos de la misma que le negaron a los presos de la oposición. Ahora bien, la amnistía que se aprobó en la Asamblea Nacional fue para acusaciones y “delitos” politicos. No para crímenes comunes. Yo me pregunto, ¿cuales serían los crímenes politicos para los que los chavistas pedirían amnistía en la negociación? Me imagino que no se les ocurrirá pedir perdón general para los crimenes comunes de corrupción o de narcotrafico o de violencia asesina callejera que hayan cometido.
También me imagino que actos tales como condenar sin pruebas a los Comisarios, a Leopoldo Lopez y a Ledezma, por ejemplo, podran ser perdonados en cuanto actos políticos incluyendo los ejecutados por los fiscales, jueces y carceleros que hayan participado. Igual podrían ser perdonadas las trampas de las Rectoras del CNE y los magistrados del TSJ podrían ser amnistiados por sus sentencias amañadas y el contralor por su nepotismo, pero quienes traficaron drogas, quienes se robaron los dineros para la infraestructura electrica o quienes se apropiaron divisas preferenciales con importaciones fraudulentas y quienes aprobaron y pagaron sobornos y sobreprecios vulgares en las grandes obras del Estado tendran que ser juzgados y castigados. Los asesinos de manifestantes y los violadores de derechos humanos, como la mujer guardia nacional que con su casco le reventó la cara a la manifestante en el suelo tendran que pagar su crimen. La aministía mutua no parece pues muy dificil de acordar si se reduce a actos ilícitos de carácter político y si en la oposición logramos aguantar las ganas de vomitar. Dicen algunos que esto de la amnistía es el punto mas importante para que los chavistas cedan el poder. Veremos.
El otro aspecto dificil es que ellos querran que se les garantice inmunidad financiera. Es decir, que lo robado robado está y ya está. Que no se les investiguen sus cuentas en el exterior y que no se reclame ese dinero. Como se comprenderá este punto tampoco es negociable. Ni siquiera Rodriguez Zapatero podría apoyar tal exigencia sin sentir mucha vergüenza. No hay mucho que ofrecerles a cambio de que acepten que el Estado Venezolano tiene derecho a tratar de recuperar esos recursos. Asi que si se empeñan en negar ese derecho, este parecería un punto con potencial de bloquear un acuerdo general.
Por su parte, los militares exigiran que a ellos los dejen tranquilos que con sus negocios de armas ellos se quedan contentos y no se meten mas en política. El problema es que no todos estan en ese negocio. Muchos otros han bachaqueado y explotado el mercado negro de cemento, cabillas y otros bienes escasos y podrían no ceder. En todo caso, el que tiene las armas es quien tiene el poder y un gobierno de transición debe tener mandato y poder firme para la implantación de los cambios y es dificil que pueda aguantar tener una espada de Damocles en Fuerte Tiuna, brillante y amenazante. Recordemos que de alli fue de donde salieron los demonios que nos trajeron este infierno. En consecuencia, a los militares no se les puede dejar tranquilos. Tienen que ser cambiados y renovados de raiz. Claro, acepto que en “beneficio” de la negociación este punto se puede dejar sin negociar a ver si lo demas pasa y despues veremos.
Según dice un amigo mio, los cubanos son mas faciles de contentar porque lo que quieren son unos 100.000 barriles diarios que se les pueden conceder por unos tres o cuatro años con tal de que se vayan y que reciban a mas de un chavista refugiado que no tendría mas a donde ir.
Lo que va a pedir la oposición es mas sencillito. Comenzará por exigir que se celebre el Referendo Revocatorio en este año.  Que se acepten a los diputados de Amazonas para asi tener la mayoria de dos tercios en la Asamblea. Que se acepten las designaciones que harán de los directivos del resto de poderes públicos comenzando por el Consejo Nacional Electoral y siguiendo por el Tribunal Supremo, la Fiscalía General, el Contralor, el Defensor del Pueblo y por que no, de la Defensoría Pública. Que se celebren las elecciones de Gobernadores en fecha determinada por las Leyes. Que si se gana el Referendo, se celebren elecciones presidenciales en el lapso de 30 dias fijado en la Constitución. Una pelusa. Personalmente a mi me gustaria que tambien se negociara, si no es mucha molestia, un acuerdo para que todos cumplan y respeten la Constitución, pero entiendo que eso parece ser muy dificil.
Antes de entrar en una negociación todo negociador examina cual es su “poder de negociación”. Eso es el conjunto de sus recursos defensivos y ofensivos que estandole disponibles podrían ser esgrimidos en el proceso. Son algo como posiciones ya conquistadas, ventajas que dan fuerza para convencer, inmunidades que pueden proteger, amenazas que se pueden proferir y cosas similares que fuercen al opositor a ceder y aceptar las exigencias del negociador. En nuestro caso, los chavistas tienen el poder de negociación que les da tener el poder político y las armas, porque, insisto,  hay que convenir que si no fuesen los militares quienes estan en el poder en Venezuela, hace tiempo que habría habido un cambio de régimen. El poder político que tiene el régimen además proviene de procesos electorales que aunque amañados hasta la nausea, les ha dado apariencia de legítimos ante la comunidad internacional. La situación es que si la negociación fracasa, el régimen puede intentar quedarse por la fuerza sin que haya forma de doblegarlo en el futuro previsible. Esto es parte del poder de negociación del régimen: “si no cedes, me quedo en el poder”.  Además tiene los dineros públicos y cierto apoyo internacional que nunca falta.
En lo que concierne a la oposición,  su poder de negociación reside fundamentalmente en tener la mayoría lograda el 6D y reforzada por las encuestas recientes. Además, si se decidiesen a ser mas agresivos, con el control de la Asamblea Nacional quizá pudieran por lo menos deslegitimar el TSJ, el CNE y demas reyezuelos y llegar a sustituirlos. Por otra parte, el Referendo Revocatorio no debe verse como un instrumento de negociación. Primero porque no le pertenece a ninguna parcialidad política. Es un derecho constitucional del pueblo. No se puede, por ejemplo, ofrecer retrasarlo, suspenderlo o cancelarlo. Es la gente la que decide. Por otra parte, el régimen chavista le teme solo si se celebra en lo que queda de este año y eso es muy poco tiempo para que progrese significativamente la negociación de todo lo que hemos visto que hay que decidir.  De manera que, con solo ser testarudos en el diálogo por unos seis meses, el régimen elimina al RR como amenaza o presión de negociación. El RR tiene, en mi opinión,  su propia dinamica y su propio calendario. Que el regimen lo permita o no es harina de otro costal. El RR no entra en una negociación, porque no se puede negociar la Constitución, porque no hay tiempo y porque no es verdaderamente una ventaja de negociación que tiene la oposición.
Desafortunadamente el poder de negociación de la oposición es muy debil. Tiene carácter basicamente ético, moral y político y esos valores no les causan mucha presión a los chavistas. Les saben a funche: … Que si cumplir con la Constitución …. Baah! ; Que si yo tengo la mayoria… ¿y? ; Que si la OEA te la aplica…  que nos boten! … y asi en adelante.   Pero el miedo a ser personalmente paria fugitivo internacional algún dia sí que ejerce presión. Por eso parecería que la amnistía mutua podría ser un buen campo para explorar las intenciones de los chavistas,  siempre que los cubanos muestren que se contentarían con los barriles mencionados.
Si se alcanzasen acuerdos en una negociación hay que preguntarse como se garantizaría que se cumplan. Especialmente el régimen chavista no resulta muy confiable visto que no respeta la Constitución, que no respeta resultados electorales, que cambia las leyes si le molestan y que usa la violencia cuando la necesite. En este caso no hay una fuerza armada neutral que garantice que todos se comporten como se comprometieron a comportarse. La fuerza armada que hay es parte en la negociación y es la que en primer lugar debe ser vigilada y obligada a cumplir. Pero para eso se necesitarían tambien armas y mas poderosas, por lo demás. Cosa que es imposible. Las garantias entonces tienen que ser de naturaleza ética, moral y política y las de ese tipo tienen grandes limitaciones.
Por lo que se refiere a los mediadores hay que exigir que sean neutrales y que verdaderamente faciliten el intercambio de ideas de buena fé para definir y sostener soluciones. Mediadores que tomen parte en la negociación, como lo hizo Oscar Arias en el caso de Honduras en 2009 hasta el punto de imponer la agenda  e incluso vetar proposiciones de una de las partes, el nuevo gobierno hondureño, lo que hacen es enredar las cosas y reducir las posibilidades de acuerdo. Un correveidile efectivo puede ser muy útil si trabaja para señalar posibilidades y destacar ventajas de las proposiciones en la mesa. Sin embargo, ese tipo de mediador es muy escaso y dificil de comprometer en beneficio del consenso.
Como se ve, mis reflexiones no sostienen el optimismo. En el caso venezolano actual las partes negociadoras no estan bien definidas y ni dispuestas a dialogar, la agenda está lejos de estar acordada, no hay ninguna entidad que se ofrezca y haya sido aceptada para garantizar el cumplimiento de acuerdos y los mediadores andan dando tumbos y confundiendo a la gente sobre sus lealtades y prejuicios. No tengo muchas esperanzas en el cacareado diálogo.
Carlos M. Añez

Parma,  11 de julio 2016